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A mi manera, maldita sea!

Evolución Consciente por Jamaica 1979


¡Qué lindo arrancar con un poco de rebeldía! Escribir con ese fuego interno me ayuda a soltarme, a fluir. Al principio, puede que salga con bronca, pero mientras escribo, algo pasa: me voy metiendo en el momento presente, y ahí aparece la magia. La consciencia se despierta, y todo empieza a tener sentido, un propósito. Termino tirando buenas vibras para todos, porque en este nuevo mundo que estamos construyendo, las buenas energías son clave. ¡Que así sea! Jamaica No Problem.


Últimamente vengo dándole vueltas a cómo funciona el sistema. El tiempo es el recurso más valioso, ¿no? Pero no solo el tiempo: tu atención. Todos están peleando por esos 20 segundos de tu foco. ¡Es la nueva moneda! Vivimos en un mundo acelerado, condicionados por siglos de valores occidentales que aceptamos sin cuestionar. Y encima, ahora sumale internet, donde la industria de la distracción está a full. Quieren tus 20 segundos, pero no para que despiertes, sino para mantenerte en el sueño: “Portate bien aquí en la Tierra, que en el Paraíso vas a estar joya”. ¿En serio?


Entonces, me pregunto: ¿es más importante cómo hacemos las cosas que el simple hecho de hacerlas? ¿Todo lo que hacemos tiene que tener un propósito? En este caos en el que vivimos, elegir entre tanto ruido no es fácil. Por eso, la relación entre tiempo, acción y propósito es clave si queremos salir del quilombo en el que estamos metidos.


Dicen que el 25 de julio es el Día del No Tiempo. ¿Por qué? Según el calendario maya, este día está fuera del ciclo de los 13 meses lunares. Es como un paréntesis, un momento para pausar, reflexionar y alinear tu energía con lo que realmente importa. Es un día para soltar el reloj y conectar con el presente, con lo eterno. Un guiño al No Tiempo, donde el pasado y el futuro se desdibujan.


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Si elegís el camino del Solopreneur, el Deep Work es tu mejor amigo. Hablo de trabajar profundamente 4 horas al día, pero de verdad: sin distracciones, sin multitasking. El resto del día, hacé lo que quieras, pero que esté alineado con tu esencia, no con el ruido que te imponen. Estar ocupado no es lo mismo que ser productivo, y ser productivo no siempre significa estar haciendo lo que deberías hacer. Hoy, ser selectivo con tu tiempo y tu atención es prioridad absoluta.



Como está escrito en el Tao Te King en su capítulo 37:


"El TAO permanece por siempre inactivo,

y nada deja sin hacer.

Si príncipes y reyes se atienen a él,

todas las cosas se forman a sí mismas.

Si se suscitara la codicia,

yo la conjuraría por medio de la simplicidad sin

nombre.

La simplicidad sin nombre hace que se ausente el deseo.

La ausencia del deseo, tranquiliza,

y el mundo se arregla solo."


El Wu Wei, un concepto taoísta (no es un concepto) implícito en el fragmento citado no significa inacción, sino una acción que surge de un estado de quietud interior y alineación con el flujo de la vida. No es pasividad, sino una acción profundamente eficiente que surge de la quietud y la armonía con el Tao.


También encontramos profunda sabiduría similar en el Karma Yoga de la tradición hindú. El versículo 2 Capítulo 47 del Baghavad Gita dice:


Tú tienes derecho a desempeñar tu deber prescrito, mas no a los frutos de la acción. Nunca consideres que eres la causa de los resultados de tus actividades, y jamás te apegues a no cumplir con tu deber.”


Brevemente, la libertad se encuentra en el acto mismo, no en lo que se obtiene de él.


Estas ideas me resuenan un montón. El ritmo del Deep Work no es algo que te sale de una; es un camino de autoconocimiento.


Requiere un poco de disciplina, pero sobre todo ganas, porque ya estás convencido de que ese es tu rumbo. La disciplina no tiene por qué ser forzada, es inherente a quién eres y tu forma de ser puede cambiar.


Yo, por ejemplo, lo mantengo simple: trato de levantarme temprano, meditar - leer - escribir - publicar y/o construir. Sin apuro, pero sin pausa. Cuando te querés acordar, pasaron 10 años, y ese No Tiempo que todavía no llegó, quiero vivirlo como a mí se me da la gana.


Porque, como dice una frase que me encanta: “Gran parte del éxito en los negocios proviene de hacer pequeñas cosas bien, una y otra vez, durante más tiempo del que la mayoría está dispuesta a hacer”. Constancia, pero con sentido.


Y ojo, trabajar en algo que te aburre es tirar tu vida a la basura. Ser tibio, no arriesgarte, evitar lo difícil o vivir siempre corto de plata también lo es.


Hoy parece que la moneda de la vida, amigos, no es ni el dinero ni el tiempo: es la atención.


Posdata: Un poco de conexión

Vamos a distraernos un poco, pero con onda, con algo que inspire acción interna, que hagas clic con tu alma. Cuando estás conectado con algo que te apasiona, el tiempo es como que se desvanece. Es lo que me pasa cuando escucho la Novena Sinfonía de Beethoven. Sí, puede sonar cliché, pero arrancás desde el primer movimiento, y cuando llegás al final, con el Himno a la Alegría, es un éxtasis total. Un orgasmo musical, señores.


La Novena Sinfonía (1824) es la obra maestra de Beethoven, su última sinfonía completa. En cuatro movimientos, cuenta una especie de viaje emocional: del drama y la lucha inicial, pasa por momentos de introspección, hasta explotar en el final con un coro cantando la Oda a la Alegría de Schiller.


Es un canto a la humanidad, a la hermandad, a la libertad.


Así que hoy, en este Día Fuera del Tiempo, te invito a conectar con algo que te haga vibrar así. Pausá, escucha, sentí. Y después, seguí construyendo tu camino, a tu manera.



Don't go far away,

Keep in touch.


Que así sea!




  • CVU desde Argentina: 20270541845.belo


Jamaica 1979: Una Vida Divina Aquí en la Tierra

 
 
 

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